Era una Ryder con presencia española, con el capitán Olazabal, el vicecapitán Miguel Ángel Jiménez y el único golfista español que participaba, Sergio García. Olazabal apeló al espíritu ganador de Severiano Ballesteros con frases como: "¿Podemos? no. ¡Vamos a conseguirlo!". Así fue, Europa llegaba a la última jornada perdiendo 10-6 y quedaban doce enfrentamientos. Si EE.UU ganaba cuatro de esos enfrentamientos conseguían la Ryder Cup, pero Europa no se rendía y el empate a 10 se situó en el marcador muy pronto. A partir de ese momento EE.UU ganaba un encuentro y Europa rápidamente empataba (Sergio García ganó su enfrentamiento), hasta que por primera vez en el torneo Europa se ponía por delante: 13-12, y con una victoria más la Ryder volvía a Europa. El alemán Kaymer lograba el definitivo punto catorce y Europa ganaba por novena vez la Ryder desde que se disputa en este tipo de formato.
